El grupo de Investigación Ciclo Celular, Células Madre y Cáncer del IDIVAL liderado por Alberto Gandarillas trabaja para identificar las moléculas que regulan la respuesta de las células de la epidermis al daño genético inducido por el sol, que protegen a la piel del cáncer.
Ahora, en aplicación de su tecnología de células humanas in vitro, colaborarán con la farmacéutica Cantabria Labs en el estudio de extractos naturales que protejan la piel del envejecimiento causado por la luz ultravioleta del sol. En concreto, el proyecto conjunto analizará el funcionamiento de nuevos protectores, denominados anti-edad. Un proyecto financiado en la convocatoria de subvenciones para el fomento de la transferencia de conocimiento en la Comunidad Autónoma de Cantabria.
La evidencia científica del grupo IDIVAL de investigación corrobora que la exposición cotidiana al sol causa envejecimiento de la piel, incluso aunque no haya quemaduras visibles. Las células de la epidermis dañadas por el sol se desprenden y la continua renovación de la piel conduce al envejecimiento prematuro. Las investigaciones del grupo se centran, por tanto, en estudiar las sustancias que mantengan la capacidad regenerativa de la piel en el tiempo a pesar de la exposición involuntaria al sol.
Una investigación que sintoniza con la llevada a cabo por la empresa de origen cántabro, que persigue aprovechar las potencialidades de los avances del grupo investigador del IDIVAL para identificar nuevos extractos naturales y aplicarlos en los protectores solares que ayuden a prevenir los efectos nocivos del sol. En este sentido, la empresa adquirió una finca con carácter sostenible en el municipio de Villaescusa, donde actualmente tiene una importante factoría.
Sin experimentación en animales
El grupo de investigación Ciclo Celular, Células Madre y Cáncer del IDIVAL, liderado por el científico Alberto Gandarillas, es experto en cultivos de piel humana in vitro, un modelo que sustituye la experimentación animal de manera eficaz, al tratar directamente células normales humanas.
El objetivo de estos avances es, sin duda, “su aplicación a la sociedad”. “Gracias a la colaboración con los clínicos y con la industria, podemos dar un retorno social a la inversión pública que suponen nuestros laboratorios” ha explicado Alberto Gandarillas.
De hecho, esta es la tercera colaboración que el grupo realiza con Cantabria Labs en esta ocasión a través de una ayuda del Gobierno de Cantabria para la transferencia de conocimiento investigación-empresa.
Estos contratos –ha explicado Gandarillas- son también un ejemplo de que para que exista transferencia a la sociedad tiene que haber generación de conocimiento, y esta necesita un fuerte apoyo desde distintas entidades, públicas y privadas. “Cantabria Labs entiende esto, y nosotros aplicamos nuestra tecnología, de desarrollo público. Es una interacción bidireccional de interés para ambas partes”.
El proyecto, en principio, tiene una duración de un año, pero podrá ser prolongado en función de los resultados.