Un estudio publicado en Journal of Hepatology ha revelado que 12,7 millones de personas han recibido tratamiento con antivirales de acción directa (DAA) entre 2014 y 2023 en 119 países. Este avance supone un 21% del total de infecciones por hepatitis C a nivel mundial y marca un hito en la lucha contra esta enfermedad. Sin embargo, los expertos alertan sobre una disminución en el ritmo de los tratamientos en muchas regiones, lo que podría comprometer los objetivos de eliminación de la enfermedad fijados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para 2030.
El estudio, que analiza datos provenientes de registros nacionales, informes de ventas de la industria farmacéutica y estimaciones de expertos, pone de manifiesto una distribución desigual del tratamiento a nivel global. Egipto encabeza la lista con el 27% de los tratamientos administrados, mientras que en conjunto, Egipto, Pakistán, Estados Unidos y la Unión Europea concentran el 67% de los casos tratados.
El acceso a los DAA ha evolucionado de manera distinta según el nivel de ingresos de cada país. En las naciones de altos ingresos, la disponibilidad de estos fármacos cayó un 41% desde su punto máximo, en gran parte debido a restricciones en las políticas de reembolso. En contraste, en los países de ingresos bajos y medios, la reducción de precios y la participación conjunta del sector público y privado han permitido ampliar el acceso al tratamiento.
Uno de los hallazgos clave del estudio es la estrecha relación entre la disponibilidad del tratamiento y las estrategias de detección. En la mayoría de los países, el número de personas tratadas disminuyó tras un periodo inicial de alta demanda, cuando se agotó el grupo de pacientes previamente diagnosticados. Sin embargo, en aquellos lugares donde se implementaron programas de cribado activos, se observó un repunte en las tasas de tratamiento al identificarse nuevos casos.
Los investigadores advierten que la estabilización del número de personas tratadas no significa necesariamente una menor prevalencia de la hepatitis C, sino más bien la falta de estrategias efectivas para diagnosticar a nuevos pacientes. Para cumplir con las metas de la OMS, los expertos enfatizan la necesidad de reforzar los programas de detección, mejorar el acceso a los DAA y establecer modelos de financiación sostenibles que garanticen la continuidad del tratamiento.
El estudio ha sido llevado a cabo por un equipo internacional de investigadores en hepatología y salud pública, con la participación destacada del Grupo de Investigación en Enfermedades Digestivas del Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (IDIVAL), liderado por el Dr. Javier Crespo. La implicación de IDIVAL en este trabajo refuerza su papel en la investigación de enfermedades hepáticas y su compromiso con la generación de conocimiento para mejorar las estrategias de tratamiento y prevención a nivel global.