El grupo del Profesor, Benedicto Crespo-Facorro, Investigador del IDIVAL y del CIBERSAM, ha colaborado en esta investigación internacional.
Un avance para nuevos planteamientos terapéuticos.
La esquizofrenia es una enfermedad cerebral heredable que frecuentemente se manifiesta en la adolescencia tardía o primeros años de la adultez. A pesar de los marcados avances producidos en los últimos lustros en el área de los tratamientos y estrategias de intervención disponibles, que han derivado en una clara mejora en la calidad de vida de muchos de los pacientes y cuidadores, hay escasa evidencia científica que constate cuales son los procesos fisiológicos cerebrales alterados (causales) que subyacen en la enfermedad, permaneciendo la mayoría de ellos en la categoría de hipótesis o teorías explicativas. Después de décadas de investigación intensa y de calidad conocemos poco acerca de los procesos biológicos alterados en la esquizofrenia, seguramente relacionado con la dificultad e establecer modeles celulares o animales de la enfermedad. Esta carencia representa una gran limitación histórica en nuestro empeño en desarrollar nuevos fármacos que mejoren aun más el pronóstico de esta enfermedad.
El artículo publicado recientemente en la revista Nature, Sekar et al. es un destacado estudio genético y neurobiológico que representa un gran avance y que demuestra que anomalías genéticas (gen C4) y funcionales de procesos inmunológicos (complejo mayor de histocompatibilidad) estarían causando alteraciones en el normal desarrollo cerebral. El grupo del Prof. Crespo-Facorro (Universidad de Cantabria-IDIVAL-CIBERSAM) ha colaborado en esta investigación internacional. “Cambios en la estructura de un gen asociado a la esquizofrenia daría lugar a una excesiva desaparición de conexiones entre neuronas durante adolescencia. ” C-F . “Este es un proceso fisiológico normal durante el desarrollo cerebral que hace que el exceso de conexiones “no útiles” se vayan eliminando, y así optimizar el funcionamiento cerebral. Pero demasiada eliminación de conexiones altera las funciones mentales”.
A raíz de potentes estudios genéticos (genome-wide analyses) se había identificado la existencia de una zona del cromosoma 6, que incluía varios genes relacionados con la función inmune, que se asociaba de manera muy significativa a la esquizofrenia. “Esta investigación supone un paso adelante no solo por los hallazgos sino también por el modelo de investigación que se ha seguido. Desarrollando una investigación desde los hallazgos genéticos y de la expresión genética, hasta el proceso biológico alterado”. “El tener una variante especifica del gen C4 aparentemente facilita una activación inmunológica que produciría de manera equivocada una mayor eliminación de conexiones en los pacientes”.
“Hasta ahora los tratamientos disponibles para el tratamiento de la enfermedad han surgido de hallazgos casuales, y aun siendo muy eficaces en la mayoría de los casos para disminuir o hacer desaparecer los síntomas positivos de la enfermedad, no parecen curar la enfermedad. Se abre pues un camino esperanzador para el diseño moléculas o mecanismos que puedan revertir estas anomalías fisiológicas y que, en su momento, constituyan tratamientos efectivos que curen la enfermedad”.
http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/26814963
Noticia The New York Times