El proyecto de investigación liderado por el Dr. López Hoyos (grupo de Trasplante y Autoinmunidad) titulado “Prevalencia de la esteatohepatitis no alcohólica post-trasplante de órgano sólido. Implicación de la respuesta inmunitaria innata y adaptativa” ha obtenido financiación del Instituto de Salud Carlos III en la última convocatoria del Plan Nacional recientemente resuelta.
La prevalencia de la enfermedad hepática por depósito de grasa (NAFLD, del inglés “non-alcoholic fatty liver disease”) está aumentando de forma exponencial en nuestro entorno asociado en gran medida a los hábitos de vida que conllevan obesidad y diabetes. Un pequeño porcentaje desarrollará esteatohepatitis no alcohólica (NASH) con el riesgo asociado de fibrosis y progresión hacia un fallo hepático que hará preciso el trasplante de hígado.
El NASH se ha convertido en una indicación en aumento del trasplante hepático, superando incluso a la hepatopatía alcohólica. La incidencia de NAFLD y su progresión a NASH puede estar incrementada en los trasplantados de hígado, pero también en otro tipo de trasplante de órgano sólido donde no se ha tenido en cuenta hasta la fecha. Este incremento puede estar condicionado por factores de riesgo clásicos de NAFLD de carácter metabólico (resistencia a insulina, acumulación de ácidos grasos de cadena corta, estrés oxidativo y disfunción mitocondrial). Todos ellos, junto a un estado proinflamatorio, confluyen en un “multiple hit” que contribuye al daño hepático y la inflamación.
En el contexto del trasplante de órgano sólido coexiste un estado pro-inflamatorio dependiente de la respuesta alogénica frente al injerto contrarrestado por la terapia inmunosupresora que se administra. Una alteración de este equilibrio hacia un estado inflamatorio puede favorecer el desarrollo de NASH independiente del cuadro metabólico clásico. La definición de perfiles fenotípicos y funcionales de la respuesta inmunitaria en trasplantados de órgano sólido a largo plazo con NASH y fenotipos clínicos diferenciados (con síndrome metabólico o no) pueden ayudar a identificar factores inmunológicos relacionados con riesgo de daño hepático y su implicación con el tratamiento inmunosupresor. El trabajo financiado pretende investigar el papel del hígado graso en todo tipo de trasplante de órgano sólido y detectar posibles inmunofenotipos que permitan diferenciar una progresión distinta. El equipo de trabajo es multidisciplinar y combina investigadores clínicos expertos en el campo del trasplante junto con investigadores de perfil más básico (inmunólogos) y epidemiólogos que facilita la posible traslación de los resultados esperables.
El trabajo se enmarca dentro de la estrategia del grupo de «individualizar» la inmunosupresión farmacológica. Así, el hallazgo de perfiles inmunológicos asociados al desarrollo del NAFLD y su relación con los distintos inmunosupresores recibidos puede contribuir a esa individualización e incluso podría permitir nuevos enfoques terapéuticos. Además, el estudio de poblaciones y mediadores solubles de la respuesta inmunitaria en sangre es probable que permita identificar biomarcadores de utilidad clínica en el manejo del desarrollo de NAFLD y NASH en los pacientes trasplantados. La temática permitirá avanzar en la línea de trabajo del grupo multidisciplinar en NAFLD y NASH que ha comenzado a funcionar en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.