El Instituto de Salud Carlos III ha financiado las líneas de investigación del Grupo de Transplante e Inmunidad del Instituto de Investigación Sanitaria Marqués de Valdecilla (IDIVAL) en la convocatoria de la Acción Estratégica en Salud 2016. El grupo es liderado por el investigador Marcos López Hoyos, jefe del Servicio de Inmunología del HUMV.
El grupo de investigación aplica los conocimientos básicos en Inmunología a la clínica del trasplante de órganos sólidos y también a las enfermedades autoinmunes, puesto que ambos procesos comparten muchos mecanismos patogénicos con implicación diagnóstica, terapéutica y pronóstica. En el campo del trasplante, el grupo acumula una larga experiencia en la que han surgido colaboraciones que han permitido expandir el conocimiento y aplicar nuevos biomarcadores en la práctica del trasplante. El grupo forma parte de la Red de Investigación de Enfermedades Renales (REDINREN) del ISCIII desde el año 2009, lo cual ha permitido relacionarse con los principales grupos nacionales de investigación en trasplante renal.
Grupo de Transplante e Inmunidad
El proyecto financiado por el Instituto Carlos III: “Utilidad del estudio de las Células Mieloides Supresoras (MDSC) en la monitorización del trasplante renal”, ha sido dotado con 68.350€ (Expediente PI16/01585), y se desarrollará en el Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (IDIVAL).
Las poblaciones de células T reguladoras están siendo la diana central en la búsqueda de estrategias de inducción de tolerancia en el trasplante de órganos. Sin embargo, la generación de estas células está fuertemente condicionada por señales tolerogénicas emitidas por células de la respuesta inmune innata. En este aspecto, están cobrando creciente protagonismo las células mieloides supresoras (MDSC), también denominadas células monocíticas supresoras. Identificadas en contextos de inflamación, se las concibe como facilitadoras de la progresión tumoral en el cáncer, mientras que en el alotrasplante podrían favorecer la inducción de tolerancia y aceptación del injerto. Por el contrario, su bloqueo podría favorecer la producción de células citotóxicas o la producción de anticuerpos anti-HLA causantes del rechazo del injerto. Nuestra hipótesis de trabajo se basa, por lo tanto, en que la generación de M-MDSC se correlaciona con un incremento en la frecuencia de células T-reg y una mayor supervivencia del trasplante renal. Además, es posible que los distintos fármacos inmunosupresores que se emplean en el manejo clínico del trasplante las regulen de forma distinta.
En base a esta hipótesis, las MDSC son una población ideal para estudiarla como posible biomarcador en el campo del trasplante, y se enmarca perfectamente en la línea de nuestro grupo de desarrollo y establecimiento de biomarcadores que sirvan para monitorizar el trasplante de órgano sólido.